SE DESATA LA VENGANZA: CURRO, ÁNGELA Y EL CAPITÁN || CRÓNICAS de LaPromesa series
Un Terremoto de Emociones Sacude La Promesa: ¿El Final del Capitán Garrapata y el Nacimiento de una Venganza Devastadora?
La marquesa de Luján, el grandioso palacio de La Promesa, se tambalea. Las apacibles rutinas y las intrigas que hasta ahora habían marcado el devenir de sus habitantes se ven sacudidas por un anuncio promocional que ha dejado a la audiencia sin aliento. Televisión Española, artífice de esta joya serial, ha desvelado un adelanto tan oscuro como impactante, insinuando un punto de inflexión que promete reescribir las reglas del juego. La pregunta que resuena en cada rincón y en cada mente fiel seguidora es inequívoca: ¿dónde está Lorenzo de la Mata? ¿Quién ha osado desafiar al temido “Capitán Garrapata”? Y, lo que es más crucial, ¿será Curro, el joven atormentado y recién empoderado, el artífice de una venganza largamente esperada?
La tensión en el ambiente de La Promesa es palpable, comparable a una borrasca helada que cala hasta los huesos en este frío noviembre. Sin embargo, para los fervientes espectadores de la serie, este frío es solo el preludio de una tormenta de emociones que está a punto de desatarse. Gustav, nuestro infatigable cronista de las vicisitudes del palacio, nos trae hoy una teoría cargada de pistas y de una lógica implacable, desentrañando el posible destino de Lorenzo y el rol protagónico que Curro parece estar a punto de asumir.
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Todo comenzó, según relata Gustav, en el reciente capítulo de este viernes, con una conversación crucial entre Curro y Pía. La inminente boda entre Lorenzo y Ángela, una unión que se cierne como una sombra sobre el corazón de Curro, lo ha sumido en un profundo estado de desesperación. Pía, con la sabiduría que le otorgan los años de experiencia y sufrimiento, le sugiere a Curro que quizás ha llegado el momento de aceptar la inevitable realidad. Sin embargo, la respuesta de Curro es rotunda y desafiante: “No voy a aceptar nunca esa boda”.
La reacción de Pía fue la primera señal de alarma para los guionistas más astutos: “Curro, no estarás pensando en cometer una locura”. En lugar de una negación categórica, el silencio de Curro se convirtió en un grito mudo, una declaración de intenciones más elocuente que cualquier palabra. Ese silencio, maestros narradores, es la semilla de la catarsis que hoy vislumbramos. Un Curro que ha trascendido el miedo, que ya no duda en enfrentarse a la tiranía. La memoria colectiva aún guarda la imagen imborrable del puñetazo que Curro propinó a Lorenzo en un capítulo anterior, un acto que provocó un estallido de euforia en muchos espectadores, hartos de la crueldad del capitán. Un maltrato psicológico y físico que ha marcado la vida de Curro y de su familia.
Este resentimiento acumulado, esta opresión constante, parece haber llegado a su límite. La Promesa de Curro no es una frase vacía, es una determinación férrea. La venganza, lejos de ser un impulso momentáneo, se perfila como una respuesta justa ante el daño infligido a su madre Eugenia, a su hermana Jana (anteriormente Hann), a Ángela, y a él mismo. El capitán garrapata ha tejido una red de sufrimiento a su alrededor, y ahora, el hilo parece estar a punto de romperse.

El anuncio promocional de Televisión Española no deja lugar a dudas: la desaparición de Lorenzo de la Mata es un hecho consumado. La inquietud se apodera de la familia cuando Don Alonso, el marqués, interroga: “¿Alguien ha visto a Lorenzo?”. La respuesta, resonando con una amenaza velada, llega de una voz en off: “Quien juega sucio puede ser eliminado”.
La tensión se dispara. Ángela, visiblemente angustiada, implora: “Dime la verdad, por favor”. La imagen siguiente es desoladora: Lorenzo, atado, herido y amordazado, yace en una habitación sombría y húmeda, que evoca la desolación de un calabozo. Las manos de Curro, empuñando un arma, emergen en la escena, aunque la identidad exacta del perpetrador sigue siendo un halo de misterio. Sin embargo, la lógica apunta inexorablemente hacia él. La escena se intensifica cuando Curro muestra una bala a Ángela, quien, tras presenciar el lúgubre panorama, huye despavorida.
La pregunta clave, la que ha alimentado todas las especulaciones, es: ¿quién ha orquestado esta tortura y posible desaparición? Gustav, con su perspicacia habitual, se inclina firmemente por Curro. No es solo una cuestión de venganza, sino de justicia poética y divina. Lorenzo ha sembrado el terror y el sufrimiento a lo largo de los años, atormentando a Eugenia, maltratando a Jana, y ahora, manipulando a Ángela, la mujer que parece ocupar un lugar especial en su corazón. Además, la violencia psicológica ejercida por Lorenzo sobre Curro, el constante intento de humillarlo y quebrarlo, ha sido la gota que colmó el vaso, culminando en el acto de rebeldía del puñetazo.

Sin embargo, Gustav también contempla otras posibilidades, invitando a la reflexión colectiva. ¿Podría Doña Leocadia, movida por el temor al sufrimiento de su hija Ángela, haber conspirado con su amante, el mayordomo Ballesteros, para acabar con Lorenzo? Si bien la lealtad de “Rasputín” hacia Doña Leocadia es innegable, la teoría que más fuerza cobra es la implicación de Curro.
La acumulación de agravios es la clave: la tortura psicológica a Eugenia, la ruina de la vida de Jana, el maltrato infantil hacia Curro, y la manipulación de Doña Leocadia para forzar el matrimonio con Ángela. Cada acción de Lorenzo ha sido un clavo en el ataúd de la felicidad de esta familia, y Curro, al declarar “Haré lo que haga falta para evitar esa boda”, no pronunció una amenaza vacía, sino una promesa de acción.
El paradero de Lorenzo, atado en una habitación que podría ser el trastero o el pasadizo secreto, añade un nuevo nivel de misterio. La presencia de un cabezal de cama en la escena sugiere el trastero, un lugar que solía albergar una cama y donde, según Gustav, se desarrollaron momentos íntimos entre Dolores y el marqués en el pasado.
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Pero la trama podría ser aún más retorcida. Gustav lanza una intrigante hipótesis: ¿y si Doña Leocadia ha sido la mente maestra, convenciendo a Curro para que lleve a cabo la sucia tarea de eliminar al capitán? En este escenario, Leocadia tendría la sartén por el mango. Una vez cumplido el cometido, podría delatar a Curro, asegurando su encarcelamiento y eliminando, de un solo golpe, a dos obstáculos: el capitán, que la tiene agobiada, y Curro, a quien considera un bastardo y teme que se una a su hija.
La saga de La Promesa nos tiene al borde del asiento, expectantes ante el desenlace de esta trama cargada de intriga y venganza. La pregunta sobre el destino de Lorenzo y el papel de Curro en ello es la que domina las conversaciones. Gustav nos emplaza a continuar la discusión, asegurando que la historia de La Promesa aún guarda muchos giros inesperados. El grito de venganza ha resonado en los pasillos del palacio, y las consecuencias, sin duda, serán devastadoras.
No te pierdas las próximas emisiones de La Promesa, de lunes a viernes, para ser testigo de cómo estas historias escriben su propio legado en la historia de la televisión.