MADAME COCOTTE TIENE CARA… Y ES LA DE SANTOS || CRÓNICAS de LaPromesa series
El palacio de La Promesa se tambalea ante un escándalo culinario sin precedentes, mientras un secreto de familia amenaza con desatar el caos. ¿Quién es realmente Madame Cocotte y qué futuro le aguarda a Doña Leocadia?
La apacible rutina del servicio en el majestuoso palacio de La Promesa se ha visto brutalmente sacudida por una intriga que ha dejado a todos, espectadores y personajes por igual, con la boca abierta. Lo que comenzó como una sutil sospecha se ha transformado en una revelación explosiva: ¡el misterioso y aclamado Madame Cocotte, la sensación culinaria que ha conquistado las páginas del periódico, no es otro que Santos Pellicer, el propio sirviente del palacio!
Durante semanas, las crónicas gastronómicas del Guadalquivir han desbordado con recetas que, extrañamente, parecían familiares. Una tras otra, las creaciones de Lope, el talentoso cocinero del palacio, aparecían publicadas bajo un seudónimo elegante y evocador. La incredulidad inicial dio paso a la certeza: alguien dentro de La Promesa estaba robando descaradamente el trabajo de Lope, no solo usurpando su mérito, sino también lucrándose a costa de su innegable talento.

Las “detectives del fogón”, las siempre animadas y sagaces cocineras Simona y Candela, habían estado al acecho, orquestando interrogatorios improvisados y sembrando la semilla de la sospecha. Pero la verdadera astucia, y la que ha llevado a esta revelación impactante, provino del propio Lope. Con una inteligencia que solo él posee, ideó una trampa ingeniosa: una receta falsa, diseñada para desenmascarar al ladrón. Y, como era de esperar, el anzuelo fue mordido.
Santos, cegado por su propia ambición y, como ahora se desvela, por un profundo resentimiento, envió la receta falsa al periódico. La consecuencia fue inmediata y devastadora. Cuando los lectores intentaron replicar el plato, el desastre culinario fue total. La receta, claramente adulterada, no solo reveló la incompetencia del impostor, sino que también destapó la farsa de Madame Cocotte. El seudónimo, otrora sinónimo de sofisticación, ahora se revela tan ridículo como efectivo para ocultar la verdadera identidad del culpable.
Este giro de los acontecimientos nos obliga a reevaluar por completo la figura de Santos. Lejos de ser una víctima de las circunstancias o un simple necesitado, su motivación parece enraizarse en un ego herido y una frustración latente. Tras la partida de su padre, Santos se vio sumido en una espiral de insignificancia, sintiéndose eclipsado y sin poder alguno. Mientras Lope brilla en cada rincón del palacio, ya sea en la cocina o en el más inesperado de los roles, Santos parece incapaz de generar admiración o respeto. Ni siquiera Vera, que busca apoyo en todos menos en él, se acerca. Pía, María Fernández, Teresa, e incluso Petra, de quien se esperaba cierta cercanía, parecen haberle dado la espalda.

El robo de las recetas es solo la punta del iceberg. Santos ha robado mucho más: el reconocimiento merecido de Lope, el prestigio del servicio y, quizás lo más doloroso, el alma misma de La Promesa, que reside en su exquisita cocina. Ver a Santos, un personaje tan orgulloso, ser expuesto de esta manera es un golpe demoledor, una lección que, se espera, lo deje “tieso y tirititando”. La gran pregunta ahora es: ¿cómo intentará Santos salvarse de las consecuencias de sus acciones? El mayordomo, Don Fermín, deberá tomar cartas en el asunto. La institución de La Promesa se enfrenta a un escándalo interno sin precedentes.
Pero la conmoción por el caso Madame Cocotte no es la única tormenta que se cierne sobre el palacio. En un giro argumental que promete cambiar el destino de uno de sus miembros para siempre, Doña Leocadia se encuentra ante una decisión trascendental que afectará de lleno a su hija, Ángela. La reciente fiesta de Don Lisandro se convirtió en un escenario de revelaciones impactantes. El Capitán Garrapata, de manera pública y contundente, anunció su compromiso con Ángela, desbaratando de golpe los planes de boda con Beltrán.
Esta audacia del Capitán ha acorralado a Doña Leocadia. La presión es inmensa, y la urgencia palpable. El Capitán Garrapata ha sido claro: la boda debe celebrarse en un mes, sin excusas ni dilaciones. La Doña Leocadia que vemos en estas escenas contrasta drásticamente con la que conocimos. Aquella que, con frialdad, hablaba con desprecio a Curro, y que se dejaba manipular sin pestañear por Lorenzo. La postiza tiene, sin duda, dos caras, y ahora la más cruel y calculador parece estar a flor de piel.

La decisión de Doña Leocadia, que Televisión Española mantiene en secreto, apunta ahora con mayor fuerza hacia un camino inesperado. Tras el desplante del Capitán Garrapata en la fiesta de Don Lisandro, y la furiosa reacción de este último hacia Lorenzo, Doña Leocadia ha obtenido una poderosa justificación. Don Lisandro, visiblemente enfurecido, no solo reprochó a Lorenzo por anunciar el compromiso en su fiesta, sino que también se deshizo en duras palabras hacia él con Doña Leocadia. Este evento, lejos de ser un revés, podría ser el impulso que Doña Leocadia necesitaba para desautorizar por completo el compromiso matrimonial de su hija con Lorenzo.
La esperanza de muchos, incluida la nuestra, es que esta decisión permita a Ángela liberarse de un destino que no merece. ¿Podrá Doña Leocadia romper los lazos que la atan a la tiranía de Lorenzo y, sobre todo, liberar a su hija de un matrimonio forzado? El futuro de Ángela pende de un hilo, y la determinación de su madre será crucial.
Mientras el palacio de La Promesa se sumerge en las sombras de la traición y el engaño, la expectación crece. Madame Cocotte ha sido desenmascarada, pero las repercusiones de su fraude apenas comienzan a sentirse. Y la decisión de Doña Leocadia promete un vendaval de cambios que sacudirán los cimientos de las relaciones y los destinos dentro de La Promesa. El espectáculo continúa, y las sorpresas, como siempre, están garantizadas.

Gustav, tu analista de confianza de LaPromesa, continuará desgranando los secretos y las pasiones que mueven este cautivador drama. ¡Permanece atento a las próximas crónicas!