¡Angela desafía a la Marquesa y se pone en peligro extremo! Anticipaciones de “La Promesa” del 21 al 23 de noviembre

La Promesa se tambalea ante el surgimiento de verdades ocultas y la audacia de sus habitantes. En los pasillos de esta imponente mansión, donde los secretos se han tejido a lo largo de generaciones, el aire se vuelve cada vez más denso y la tensión palpable. La Marquesa Cruz, acostumbrada a tener las riendas de su destino y el de su familia, siente cómo el suelo se desmorona bajo sus pies. Las grietas en la fachada de mentiras que ha construido comienzan a ser insostenibles, y cada interrogante desenterrado amenaza con derribar el frágil castillo que ha erigido.

Angela, la silenciosa pero firme hija de Leocadia, se ha convertido en la chispa que enciende la mecha de la rebelión. Con una determinación que descoloca a la propia Marquesa, la joven se ha propuesto desentrañar las oscuras maquinaciones que rodean el futuro de Curro. Lejos de amedrentarse ante las amenazas veladas, Angela insiste en exponer un matrimonio concertado que no es más que una vil transacción, un mero intercambio para salvar las maltrechas finanzas de los Luján. Su obstinación, alimentada por un idealismo a prueba de balas, la expone a un peligro inminente, pues la Marquesa no tolera la insubordinación y cada palabra fuera de lugar podría tener consecuencias devastadoras.

Mientras tanto, Hann, guiada por el fantasma de Dolores y el recuerdo de su trágico pasado, intensifica su incansable búsqueda de la verdad. La habitación secreta, vestigio mudo de los horrores del Barón de Luján, se convierte en el epicentro de sus investigaciones. Con la ayuda de Ramona, Hann se acerca a Leocadia, implorando que rompa su silencio y revele los secretos que la unen a Dolores y a los Luján. El pasado, un laberinto de sombras y conveniencias, comienza a mostrar sus conexiones perturbadoras entre la nobleza y el servicio, desdibujando las líneas de la lealtad y la traición.


La inminente crisis económica se cierne como una espada de Damocles sobre las tierras de La Promesa. Martina y Catalina, ante la gravedad de la situación, se ven empujadas hacia decisiones drásticas que podrían sellar el destino de su legado familiar. Catalina, con una perspicacia cada vez más aguda, desconfía de las intenciones de Jacobo, sospechando que podría ser una pieza más en el juego manipulador de la Marquesa Cruz. La presión se intensifica, y Martina, abrumada, cede ante la insistencia de su familia, decidiendo vender su parte de la propiedad. Sin embargo, al comunicar su decisión a Alonso, descubren con horror que las negociaciones ya están en marcha, dejando sus voluntades en un segundo plano. ¿Podrán las hermanas recuperar La Promesa o el destino de la hacienda está sellado para siempre?

En el corazón de La Promesa, el padre Samuel se debate en un tormento personal. Su vocación sacerdotal se ve amenazada por los crecientes sentimientos que alberga por María Fernández. Las profundas dudas que lo aquejan no nacen de una crisis de fe, sino del amor que florece en su interior, un sentimiento prohibido que lo consume día a día. María, por su parte, se debate entre la ternura que le despierta Samuel y la conciencia del peligro que acecha su incipiente conexión.

Manuel, ante la asfixiante atmósfera de La Promesa y tras un enfrentado cara a cara con su padre Alonso, toma una decisión que sacude los cimientos de la mansión. Anuncia su intención de abandonar el hogar familiar y aceptar una oferta de trabajo en Milán, buscando construir un futuro lejos de las intrigas y las ataduras que lo asfixian. Pero Manuel no está dispuesto a emprender este nuevo camino en solitario; ha decidido llevarse a Ana consigo. Este anuncio deja al Marqués Alonso atónito, viendo en su hijo al único heredero capaz de salvar la hacienda, pero enfrentado ahora a la ineludible realidad de que Manuel elige el amor y la libertad por encima del poder y las tradiciones.


Hann, en su incansable investigación, desvela una verdad que arroja una luz completamente nueva sobre el pasado. Tras interrogar a Leocadia, descubre un hecho escandaloso: ella y el Barón de Luján fueron amantes. Esta revelación vincula de manera sombría los destinos de Dolores, el Barón y la Marquesa Cruz, revelando una red de pasiones y secretos mucho más intrincada de lo que Hann había imaginado. Cada paso que da la acerca peligrosamente a la verdad, pero también la expone a consecuencias impredecibles.

En un acto de audacia imprudente, Angela logra escuchar una conversación telefónica entre la Marquesa Cruz y Lorenzo de Mata. De ella extrae información crucial: la Marquesa está presionando al capitán para formalizar por escrito el compromiso de Curro, y ha revelado el nombre de la prestigiosa familia aristocrática con la que planean emparentarse para restaurar su reputación. Angela comprende que el matrimonio de Curro no es más que una jugada económica, un sacrificio para salvar el linaje. Decidida a evitar esta boda forzada, comienza a urdir un plan, consciente de que Cruz no dudará en aplastar a cualquiera que se interponga en su camino.

La tensión entre las doncellas alcanza un punto crítico. Pía, atormentada por el conocimiento de que Santos podría saber algo sobre la muerte del Barón de Luján, reúne a Hann, María Fernández y Teresa. La incertidumbre sobre cuánto sabe Santos y hasta dónde llega su conocimiento, las obliga a mantenerse en un estado de alerta silenciosa, pues una palabra de más podría reabrir viejas heridas. Paralelamente, la rivalidad entre Ana y Pía por el afecto de Ricardo Pelayo se intensifica, creando un delicado equilibrio en la mansión, observado con malicia por el resto del personal.


En el salón principal, Martina, impulsada por el deseo de sentirse parte de La Promesa, confiesa a Jacobo su anhelo de celebrar sus nupcias en la hacienda. Sin embargo, Jacobo, más pragmático y enfocado en los negocios, la devuelve a la dura realidad de la inminente ruina de los Luján. Sus palabras, aparentemente comprensivas, ocultan un doble juego que comienza a levantar sospechas en Catalina. La joven observa con creciente preocupación el cambio de actitud de Martina, quien de ser una férrea opositora a la venta de la hacienda, ahora parece dispuesta a ceder. Catalina teme que Jacobo sea una mera marioneta en manos de la Marquesa Cruz, un nuevo peón para manipular a la familia. A pesar de sus dudas, la presión de Cruz, Alonso e incluso Martina se vuelve insostenible. Agotada, Catalina accede a vender su parte de La Promesa, uniendo fuerzas con su prima. Pero el destino les juega una mala pasada: al comunicar su decisión a Alonso, descubren que las negociaciones ya están avanzadas y sus elecciones podrían carecer de peso.

María Fernández se encuentra en un torbellino de confusión tras la confesión del padre Samuel. La intensa y prohibida conversación que han compartido ha dejado una huella imborrable en ambos. Aunque María intenta distanciarse, Samuel no puede reprimir sus sentimientos, luchando contra su vocación en un conflicto interior cada vez más peligroso.

Mientras tanto, detrás de puertas entreabiertas, cada personaje se enfrenta a la encrucijada de la verdad o la mentira. La Promesa, inmóvil y vigilante, parece presentir que la próxima jugada será decisiva para el destino de todos. La Marquesa Cruz, acorralada por las verdades que emergen, siente cómo su poder se desmorona. El nombre de Dolores resuena en los pasillos como un espectro, recordatorio de que en La Promesa, nada permanece sepultado para siempre. La cuenta atrás ha comenzado, y el secreto de lo que sucedió hace tantos años está a punto de ser desvelado.


¡Quédate con nosotros hasta el final para descubrir todos los giros y sorpresas que nos deparan los próximos días en “La Promesa”!