Sue帽os de Libertad: Cap铆tulo 449 (Gabriel frente a la verdad que derrumba su matrimonio馃敟馃敟)
Madrid.- El aire en la mansi贸n de los Reina se ha vuelto tan denso como el humo de una batalla campal. Cada rinc贸n respira tensi贸n, pero es Gabriel, nuestro protagonista hasta ahora envuelto en una red de enga帽os, quien se encuentra en el epicentro de una tormenta que amenaza con arrastrarlo todo. La confrontaci贸n con Bego帽a, marcada por el rechazo m谩s crudo, y el desencanto de Dami谩n tras la eclosi贸n de una mentira largamente enterrada, han puesto a prueba los cimientos de su vida. Lo que parec铆a un secreto a buen recaudo, la supuesta muerte de su madre, se ha transformado en una bomba de relojer铆a emocional, cuya detonaci贸n podr铆a significar la ca铆da definitiva de Gabriel dentro del clan Reina. La pregunta es ineludible: 驴Podr谩 el joven reconstruir la confianza destrozada o este ser谩 el punto de inflexi贸n que marque su irremediable declive?
La noche, c贸mplice de secretos y confesiones, fue testigo del inicio de este drama. Con el cansancio grabado en el rostro, Bego帽a descend铆a las escaleras cuando la voz insistente de Gabriel, cargada de una urgencia inconfundible, la detuvo en seco. Su avance hacia 茅l no disimulaba la palpable molestia, la abrumadora sensaci贸n de que la situaci贸n la superaba. “驴Qu茅 es lo que quieres?”, le espet贸 de manera directa, exigiendo una respuesta que la saciara de su inquietud.
Gabriel, en un intento desesperado por atenuar la furia que emanaba de ella, intent贸 suavizar el ambiente. “Entiendo tu dolor, s茅 que est谩s muy enfadada y lo lamento”, declar贸, buscando un atisbo de comprensi贸n. Pero Bego帽a, con el coraz贸n incendiado por la traici贸n, respondi贸 con una dureza que lo desarm贸. “T煤 no tienes idea de lo que yo siento realmente”, replic贸, la voz quebrada por la emoci贸n. La avalancha de acontecimientos recientes se agolpaba en su mente: la adopci贸n de Julia, los albores de un matrimonio que a煤n se sent铆a fr谩gil, el embarazo que la llenaba de una mezcla de ilusi贸n y temor. Y en medio de ese torbellino, se top贸 con una mentira de proporciones b铆blicas, una falsedad que lo cambiaba absolutamente todo.

Gabriel, aferr谩ndose a la ilusi贸n de que la uni贸n entre ellos permanec铆a intacta, intent贸 aferrarse a la idea de que “nada ha cambiado”. Esa frase, sin embargo, fue la chispa que hizo estallar a Bego帽a. “隆S铆, ha cambiado todo! 隆Absolutamente todo!”, grit贸, la voz cargada de una rabia que helaba la sangre. “No puedes pretender minimizar lo ocurrido”, le espet贸, cada palabra un golpe directo a la confianza que 茅l hab铆a traicionado vilmente. “Confi茅 en ti con todo mi ser, te entregu茅 mi vida, mi amor, mi futuro, para ahora descubrir que has sido un mentiroso”.
A pesar de sus s煤plicas de que 茅l segu铆a siendo el mismo y que sus sentimientos eran reales, Bego帽a no encontraba consuelo en sus palabras. Esperaba, no una simple disculpa, sino una explicaci贸n honesta. La idea de que 茅l pudiera sostener una mentira tan colosal, de haberle hecho creer durante tanto tiempo que su madre hab铆a fallecido, era incomprensible. Acorralado, Gabriel finalmente confes贸. “Cuando me march茅 de Tenerife, decid铆 cortar todo v铆nculo con mi madre”, admiti贸, la voz apenas un susurro. “Ese fue el motivo por el que dije lo que dije”.
La incredulidad se reflej贸 en el rostro de Bego帽a. “驴Tu intenci贸n era enga帽arnos para siempre?”, pregunt贸, la voz temblando. Gabriel, sumido en la confusi贸n, admiti贸: “No lo s茅. Ni siquiera comprendo c贸mo llegamos a esta situaci贸n. Pero al llegar a esta casa, sent铆 algo que nunca antes hab铆a sentido: libertad”. “驴Libertad de qu茅?”, inquiri贸 Bego帽a, desconcertada. “De la mala influencia de mi madre. Por eso dije que hab铆a muerto”, respondi贸 茅l, creyendo que esta explicaci贸n ser铆a suficiente.

Sin embargo, para Bego帽a, la explicaci贸n no solo era insatisfactoria, sino que sonaba a una nueva y elaborada farsa. Gabriel continu贸 su torrente de justificaciones, declarando que jam谩s imagin贸 que Dami谩n lo tratar铆a como a un hijo, ni que llegar铆a a enamorarse de ella. Asegur贸 que muchas veces quiso confesar la verdad, pero el temor a c贸mo hacerlo lo paraliz贸. Bego帽a record贸 entonces las innumerables veces que intent贸 indagar sobre su familia, las evasivas, las desviaciones de conversaci贸n, los silencios c贸mplices. Todo cobraba un sentido doloroso y devastador.
“Tuviste much铆simas oportunidades para contar la verdad y no lo hiciste”, le grit贸, la frustraci贸n apoder谩ndose de ella. Gabriel, con la desesperaci贸n ti帽endo su voz, confes贸 su miedo a perderla, a perder la vida que hab铆a logrado construir a su lado. “Incluso hablaste de tu madre como una mujer maravillosa”, le record贸 ella, la voz cargada de iron铆a. “Si la conocieras, entender铆as por qu茅 dije eso”, replic贸 茅l. El desaf铆o de Bego帽a fue directo: “Descr铆bela”. Y Gabriel, con una intensidad renovada, pint贸 un retrato sombr铆o: “Delia es manipuladora, una mujer que detr谩s de su apariencia fr谩gil esconde la capacidad de destruir vidas”.
Pero Bego帽a ya no cre铆a en sus palabras. “Esas explicaciones no me sirven”, sentenci贸. “Tu forma de intentar justificarlo todo ya no funciona conmigo”. Gabriel prosigui贸 relatando su pasado en Tenerife, una relaci贸n a punto de casarse destrozada por la interferencia de su madre, Delia, quien, seg煤n 茅l, “odiaba ver a la gente feliz y necesitaba controlar todo lo que ocurr铆a a su alrededor”. La insistencia de Bego帽a reson贸: “驴Por qu茅 nunca me lo contaste antes?”. “Quer铆a protegerte”, fue la respuesta de Gabriel, “evitarte el dolor de conocer a una persona tan t贸xica. Pens茅 que si cre铆a que estaba muerta, nunca intentar铆a buscarla”.

La confusi贸n de Bego帽a se profundiz贸. “驴Por qu茅 Delia querr铆a da帽arnos si no nos conoce?”, pregunt贸, incapaz de asimilar la magnitud de la trama. Gabriel afirm贸 que su madre siempre sinti贸 envidia de Dami谩n, de su 茅xito y su posici贸n. Pero Bego帽a, con la mente l煤cida, le record贸 la partida de su padre a M茅xico, la inocencia de Dami谩n en todo aquello. Gabriel admiti贸 que su madre cre铆a que Dami谩n le deb铆a la mitad de la empresa familiar, pero ni siquiera eso, reconoci贸, justificaba la mentira.
“Ya no s茅 si la persona peligrosa es Delia o t煤”, confes贸 Bego帽a con una tristeza abismal. “Siento que no conozco al hombre con el que me cas茅. Es una sensaci贸n que ya viv铆 antes en mi vida, una experiencia que no quiero repetir jam谩s”. Con esas desgarradoras palabras, se march贸, dejando a Gabriel sumido en la desolaci贸n de un hombre completamente desmoronado.
Horas despu茅s, la llegada de Andr茅s y Mar铆a a la mansi贸n irrumpi贸 en la quietud. Dami谩n los convoc贸 a su despacho, con la urgencia de anticipar momentos desagradables. Ante la pregunta de Andr茅s sobre la identidad del visitante inesperado, Dami谩n revel贸: “Se trata de la madre de Gabriel”. El shock paraliz贸 a Mar铆a al recordar las palabras de Gabriel. Ambos murmuraron la aparente contradicci贸n: “Seg煤n 茅l, su madre hab铆a muerto”. Dami谩n confirm贸 la verdad: “Fuimos enga帽ados”. Mar铆a, aferr谩ndose a una 煤ltima esperanza, sugiri贸 la posibilidad de una impostora, pero Dami谩n lo aclar贸: “No, la mujer es realmente Delia, la viuda de mi hermano Bernardo”.

Andr茅s, con una curiosidad fingida, pregunt贸 si Gabriel hab铆a ofrecido alguna explicaci贸n. Dami谩n, con la voz cargada de decepci贸n, admiti贸 que a煤n no hab铆a hablado con 茅l, que carec铆a de fuerzas para enfrentarlo. Mar铆a sali贸 del despacho, aturdida, mientras Dami谩n compart铆a sus inquietudes con Andr茅s. “Quiz谩 t煤 ten铆as raz贸n desde el principio”, admiti贸, “tal vez Gabriel nos enga帽贸 desde que lleg贸”. Andr茅s, manteniendo su pose de sorpresa, sugiri贸 que la situaci贸n deb铆a ser abordada con calma. Sin embargo, Dami谩n, visiblemente angustiado, golpe贸 la mesa, pregunt谩ndose si Gabriel hab铆a mentido tambi茅n sobre otros asuntos. La preocupaci贸n por lo que pudiera haberle dicho a Bego帽a, especialmente ahora que est谩 embarazada, lo atormentaba. Andr茅s, en un intento por calmarlo, lo hac铆a mientras, en su interior, una sonrisa de satisfacci贸n se dibujaba al ver c贸mo todo se desarrollaba seg煤n sus maquiav茅licos planes.
Esa misma noche, Delia se encontraba en su habitaci贸n, absorta en la lectura. La puerta se abri贸 y Gabriel apareci贸 ante ella. La emoci贸n inicial de Delia se torn贸 en desconcierto ante la frialdad de su hijo. “驴Por qu茅 has venido?”, pregunt贸 Gabriel, acus谩ndola de interferir de nuevo en su vida para arruinarla. Delia intent贸 defenderse, proclamando su amor maternal, pero Gabriel no la cre铆a. Cont贸 que lo vio en un peri贸dico junto a la familia Reina y viaj贸 para asegurarse de que estaba bien. Gabriel, esc茅ptico, cuestion贸 c贸mo obtuvo el peri贸dico y c贸mo financi贸 el viaje. Delia, tras un intento de justificaci贸n, confes贸 el alivio que sinti贸 al verlo bien.
La tensi贸n escal贸 cuando Delia revel贸 que desconoc铆a por completo que Gabriel la hab铆a dado por muerta. Declar贸 que casi se desvanece al presenciar la reacci贸n de Dami谩n y Bego帽a. Gabriel, con una mezcla de rabia y desconfianza, la inst贸 a dejar de actuar, a no intentar enga帽arlo con sus juegos. En ese preciso instante, un golpe en la puerta interrumpi贸 la confrontaci贸n. Andr茅s entr贸, con una sonrisa amable, proponiendo tomar un vino antes de la cena y present谩ndose cordialmente ante Delia. Ella, sorprendida por la cortes铆a inesperada, acept贸 acompa帽arlo al comedor. Gabriel los observ贸 alejarse, la mirada cargada de resentimiento, plenamente consciente de que Andr茅s capitalizaba cada oportunidad para minar su posici贸n. La rabia ascendi贸 por su rostro mientras los ve铆a partir. Sab铆a que algo se mov铆a a sus espaldas, que la situaci贸n estaba lejos de mejorar.

Y as铆, mientras la mansi贸n se inunda de miradas cargadas de tensi贸n, de dudas punzantes y de secretos desmoronados, la pregunta queda flotando en el aire, esperando una respuesta que podr铆a cambiarlo todo: 驴Hasta d贸nde llegar谩 este conflicto? 驴Podr谩 Gabriel escapar de este laberinto de mentiras o el da帽o infligido ya es irreparable? La saga de “Sue帽os de Libertad” contin煤a tejiendo su intrincada red de pasiones y decepciones, dejando a los espectadores en vilo, a la espera del pr贸ximo cap铆tulo de esta apasionante historia.