CURRO vs LORENZO: EL CAPÍTULO QUE NADIE ESTABA PREPARADO PARA VER || CRÓNICAS de LaPromesa series
La Promesa al borde del abismo: Un duelo visceral en un capítulo sin precedentes que redefine el concepto de suspense en la televisión diaria.
El aire en el Palacio de La Promesa se ha vuelto espeso, cargado de una tensión insoportable. Los muros centenarios, testigos silenciosos de intrigas y pasiones desbordadas, se preparan para ser el escenario de un enfrentamiento que promete sacudir los cimientos mismos de la serie. El título lo anuncia sin rodeos, y la audiencia, todavía recuperándose de las sacudidas previas, sabe que lo que está a punto de desplegarse no es un capítulo más, sino un hito. “CURRO vs LORENZO: EL CAPÍTULO QUE NADIE ESTABA PREPARADO PARA VER” no es una hipérbole, es la cruda realidad de una apuesta narrativa audaz, un desafío técnico y una inmersión emocional que nos sumerge en las profundidades del dolor y la venganza.
En un movimiento que desafía las convenciones de la televisión diaria en España, “La Promesa” ha orquestado una proeza de producción y narrativa. Este episodio, concebido como una pieza teatral en sí misma, ha sido filmado en un solo día, utilizando un único decorado y con planos secuencia que alcanzan la asombrosa duración de más de 25 minutos sin interrupción. Un experimento audaz que pone de manifiesto la ambición del equipo de “La Promesa” por empujar los límites y ofrecer a su fiel audiencia una experiencia inolvidable. Y el epicentro de esta revolución televisiva no es otro que el duelo a muerte, o casi, entre dos personajes que encarnan la dualidad del bien y el mal, la inocencia corrompida y la maldad calculada: Curro y el Capitán Lorenzo de la Mata.
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La chispa que encendió la pira: Las mentiras de Lorenzo y el despertar de Curro.
Para entender la magnitud de lo que está a punto de suceder, debemos retroceder en el tiempo, aunque sea en el universo ficcional de La Promesa. Curro, el joven noble que ha crecido bajo el peso de secretos familiares y la sombra de una posible paternidad incierta, ha llegado a un punto de quiebre. Las revelaciones sobre la manipulación de su madre, la pobre Eugenia, hasta sumirla en la locura por parte de Lorenzo, han sido un golpe demoledor. A esto se suma la creciente sospecha de su implicación, según su propia percepción, en la muerte de Hann. Pero la sorpresa más amarga, la que verdaderamente ha empujado a Curro al límite, es descubrir que Lorenzo, con una frialdad pasmosa, está utilizando ahora a Ángela, una figura que debería representar la lealtad y la protección, para infligirle daño.
Este no es un secuestro improvisado, sino la catarsis de años de sufrimiento, de humillaciones silenciosas y de una verdad esquiva que ha martirizado el alma de Curro. Lo hemos visto, y lo veremos con una crudeza desgarradora en este capítulo: Curro ha secuestrado a Lorenzo y lo ha confinado en la oscura habitación que ya vislumbramos en los avances. Una estancia que, para mayor dramatismo, resulta ser el pasadizo secreto donde antaño se escondía Dolores, la propia madre de Curro. Las primeras imágenes podían generar dudas, la ausencia de la cama haciendo pensar en otro lugar, pero el detalle revela la brutalidad del acto: Curro, en su desesperación, ha movido la cama a un rincón, creando un espacio de tormento para su captor.

El Capitán Garrapata, arrinconado y despojado de su aura de invencibilidad.
Lorenzo, el hombre que siempre se ha movido con la astucia y la crueldad de una víbora, se encuentra ahora atado, golpeado y sangrando. Por primera vez en su vida, el Capitán de la Mata se enfrenta a la indefensión absoluta. Cuando Curro lo mira, no ve a un simple hombre, sino la encarnación de todos los fantasmas que lo han atormentado desde su infancia. Cada cicatriz, cada golpe, cada gota de sangre, es un eco de las injusticias sufridas. Y cuando la pistola se posa en la sien de Lorenzo, no es un acto de pura maldad, sino la desesperada búsqueda de la verdad, de respuestas que clama a gritos.
Mientras tanto, en el palacio, la desaparición de Lorenzo se convierte en el foco de atención. El Marqués, con una preocupación genuina que contrasta con la indiferencia demostrada en otros momentos cruciales, pregunta por su paradero. La audiencia, con esa ironía amarga que caracteriza a “La Promesa”, no puede evitar recordar otros casos de abandono o negligencia. ¿Dónde estaba la búsqueda de Fernando cuando sufrió su ataque al corazón, sin que la Marquesa le administrara su medicación? ¿Por qué Catalina no fue buscada hasta bien entrada la noche tras su partida? La diferencia es palpable: ahora, todos parecen desesperados por encontrar al “capitán garrapata”, un contraste que subraya la gravedad del momento y la inminencia del estallido.

Un escenario de pura catarsis: El teatro de la verdad y la venganza.
Curro está decidido. La boda inminente de Ángela, orquestada por las manipulaciones de Lorenzo, y el terror que el Capitán ha sembrado en la familia, son los motores de su furia. Pía ya le advirtió hace capítulos, con esa sabiduría premonitoria que la caracteriza: “¿No estarás pensando en hacer alguna locura?”. Curro calló entonces, pero sus pensamientos bullían. Y ahora, esa locura se materializa en un acto de rebelión que podría cambiar el curso de la historia de “La Promesa” para siempre.
La audacia de este capítulo se extiende más allá de su carga dramática. Radio Televisión Española ha confirmado que se concibe como una obra teatral, y la ejecución técnica respalda esta visión. El rodaje en un único escenario, la transformación de los decorados en directo y las tomas continuas de 25 minutos sin cortes, son testimonios de un riesgo calculado. Sólo dos actores, Javier Lión (Curro) y Guillermo Serrano (Lorenzo), sostienen el peso de este episodio. Un desafío de una dificultad técnica y emocional insondable, que promete marcar un antes y un después en la serie.
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Aquí, “La Promesa” se despoja de sus artificios habituales para adentrarse en un terreno de puro teatro, de sudor y de dolor. Curro, fuera de sí, respira entrecortado, tiembla, llora, pero su determinación es inquebrantable. Lorenzo, fiel a su naturaleza manipuladora, intenta usar sus viejas tácticas: “Eres igual que yo. No eres nadie. Solo buscas una confesión para librarte de mí”. Pero esta vez, las palabras vacías de Lorenzo parecen haber perdido su poder. Curro ha perdido demasiado para seguir tragando mentiras.
Un eco del pasado: La oscuridad de las casas nobles y la verdad escondida.
Para añadir una capa de verosimilitud histórica a esta brutal confrontación, es necesario recordar que a principios del siglo XX en España, las casas nobles y las autoridades militares no dudaban en utilizar habitaciones ocultas, pasadizos y sótanos para interrogar y retener a aquellos que consideraban una amenaza. El caso del Palacio de los Marqueses de Linares, con sus supuestas habitaciones secretas para silenciar a personas incómodas, es solo un ejemplo. En aquella época, los secretos se resolvían puertas adentro, en el silencio opresivo de los palacios, lejos de la intervención de la Guardia Civil. “La Promesa” evoca magistralmente este oscuro capítulo de la historia para contextualizar la cruda realidad que Curro ha impuesto a Lorenzo.

Y es en este escenario de desesperación y verdad desnudada donde Lorenzo, finalmente derrotado, podría romperse. La pregunta es: ¿qué verdades saldrán a la luz? Sabemos que negará haber matado a Hann, pero la gran incógnita es si finalmente revelará la identidad de la auténtica asesina: Doña Leocadia de Figueroa. La presión del Capitán, amenazándola con desvelar todo, podría ser el detonante final.
Este capítulo se presenta como una tormenta perfecta de emociones, revelaciones y consecuencias. “CURRO vs LORENZO: EL CAPÍTULO QUE NADIE ESTABA PREPARADO PARA VER” no es solo un episodio, es un evento. Un evento que promete reescribir las reglas del juego en “La Promesa” y dejar una marca imborrable en la memoria de su audiencia. Prepárense, porque lo que viene será, sin duda, uno de los momentos más intensos y memorables de la televisión española. No se lo pierdan.