¡El drama se intensifica en “La forza di una donna”! Sarp revela la verdad desgarradora: “Piril me salvó, pero NUNCA la amé” – Ella lo siente todo…
La tensión se apodera de Estambul mientras los secretos salen a la luz en “La forza di una donna”. Las próximas entregas de la aclamada serie turca prometen mantener a los espectadores al borde de sus asientos, con confesiones impactantes y un torbellino de emociones que desdibujan las líneas entre el amor, la traición y la supervivencia. Los giros argumentales de esta semana no solo redefinirán las relaciones existentes, sino que también expondrán la profunda oscuridad que se esconde tras algunas de las apariencias más serenas.
El peso de la verdad: La confesión de Sarp que lo cambia todo.
La anticipación ha llegado a su clímax. En las próximas emisiones, que cubren desde el lunes 24 hasta el sábado 29 de noviembre, los seguidores finalmente serán testigos de la esperada confesión de Sarp a Bahar. La noche fatídica de su desaparición, un evento que ha marcado profundamente a la familia y ha sembrado la duda y el dolor, será finalmente desentrañada. La verdad, tal como la revelará Sarp, es más compleja y dolorosa de lo que nadie pudo imaginar.

Mientras tanto, la lucha de Shirin por mantener la normalidad aparente en su trabajo en la tienda de telas se ve constantemente amenazada. A pesar de la vigilancia de Dundar, su resentimiento y su naturaleza manipuladora la llevan a idear artimañas para ahuyentar a los clientes, comportándose con soberbia o fingiendo estar abrumada por el trabajo. Sin embargo, su propia vida familiar se ve alterada cuando Enver la llama urgentemente a casa. La llegada de una nueva conviviente a la familia exige su presencia inmediata, presagiando nuevas tensiones y posibles enfrentamientos.
El anhelo de un momento de paz: Bahar y el plan secreto.
Simultáneamente, Bahar, en un intento desesperado por crear un oasis de normalidad para sus hijos, decide organizar una velada especial solo para ella, Doruk y Nisan. La clave de este plan es el secretismo: Sarp no debe saber nada. Doruk, sin embargo, se resiste a la idea de divertirse sin la presencia de su padre. Bahar, con su ingenio habitual, inventa una elaborada excusa, asegurándole a Doruk que Sarp está involucrado en la diversión de una manera indirecta y que, por lo tanto, no podrá unirse a ellos.

Cuando Sarp llega a casa, un Doruk entusiasmado le comunica su plan de pasar la noche jugando en su habitación con su madre y hermana, en una “diversión misteriosa”. Sarp, ajeno a la verdadera naturaleza del plan, se divierte con la ocurrencia de su hijo, aceptando con una sonrisa, sin sospechar la verdadera aventura que se avecina.
Las intrigas familiares y los rencores ocultos.
Mientras tanto, en las sombras de las intrigas familiares, Munir recibe una sorprendente propuesta de su hermano Azmi. Azmi, conocido por sus discordias con Munir, le propone una reunión para poner fin a sus diferencias. Munir, extrañado por esta inusual iniciativa de su hermano, busca el consejo de Suat, quien promete evaluar la situación y brindarle una respuesta.

En paralelo, Munir intenta invitar a Shirin a cenar, pero ella declina la invitación, argumentando que debe recibir a la nueva huésped de sus padres. Al llegar a casa, Shirin se encuentra cara a cara con Idil, y la atmósfera cambia drásticamente. La tensión entre ellas es palpable, anunciando futuros conflictos.
El fuego de la discordia: El enfrentamiento entre Idil y Shirin.
Más tarde, Atig y Denver comentan el reciente altercado entre Idil y Shirin en un bar. La discusión escaló hasta el punto de que Idil rompió vajilla, a lo que Shirin respondió con furia e insultos. Emre, a pesar de despedir a Idil por su comportamiento, cumple su promesa de pagarle el alquiler, aunque ambos se encuentran en una situación de aprensión, lidiando con problemas más urgentes.

Enver, para no preocupar a Atige, le miente sobre su día, afirmando haber conseguido un empleo en un consultorio médico. Atige, feliz por la noticia, lo abraza y lo felicita, ignorante de la verdad.
La noche del escape: Un plan audaz y un descubrimiento impactante.
En casa, Doruk y Nisan se despiden de Sarp para ir a dormir, anunciando sus juegos en su habitación. Doruk le da un beso de buenas noches a Sarp y luego a Piril, mientras que Nisan, visiblemente descontenta, solo la saluda, evitando el contacto. Sarp, notando la frialdad de su hija hacia Piril, le advierte que tenga cuidado, intuición que Piril comparte en secreto, pero que le resulta frustrante.

Nissan continúa expresando su descontento a Bahar sobre el beso de Doruk a Piril. Bahar, con ternura, le pide que no hable de esa manera y la insta a acostarse, prometiendo despertarla para su “juego secreto”.
En casa de Enver y Atige, la cena se torna pesada. Idil relata su despido, aludiendo a Shirin, quien permanece imperturbable, sonriendo provocativamente. Enver intenta cambiar de tema para restablecer la calma, pero el ambiente sigue cargado.
Avanzada la noche, Bahar envía un mensaje a Arif, anunciando que están listos para salir. Arif se dirige hacia ellos de inmediato. Bahar despierta a los niños con calma, explicando que es hora de jugar, pero les recuerda la importancia del silencio para no despertar a Ali y Omer, ya que el juego es solo para tres.

Durante los preparativos, Doruk intenta dirigirse a Sarp, pero Bahar lo detiene, advirtiéndole que arruinará la sorpresa. En ese instante, Piril se despierta y se levanta, dirigiéndose a la cocina, obligando a Bahar y a los niños a esconderse. Sarp percibe un leve ruido, pero se vuelve a dormir.
La fuga frustrada: El encuentro inesperado y la confrontación inevitable.
Los vigilantes patrullan el patio y regresan. Bahar aprovecha la calma, toma de la mano a Doruk y Nisan y los guía hacia la puerta de servicio. Al buscar la llave, descubre que no está en su lugar habitual. Doruk, asustado por la oscuridad, expresa su descontento con el juego, pero pronto indica la llave colgada cerca de la ventana. Una vez afuera, Bahar susurra a los niños que deben caminar hasta el muro, escalarlo y correr lo más rápido posible hacia la calle.

Con el corazón acelerado, los niños obedecen, alcanzan el muro, lo escalan y saltan al otro lado. Nisan corre hacia el coche, llamando a Arif y a Bar. Doruk la sigue. Arif desciende del coche para recibirlos, pero en ese preciso instante, una voz interrumpe la quietud: “¡Sarp los ha interceptado!”, grita Bahar con desesperación. Los faros del coche iluminan los rostros aterrorizados de los niños. Detrás de ellos, aparecen los guardias armados. Bahar abraza a Nisan y Doruk, y mira a Sarp con angustia.
Sarp grita a Bahar, quien suplica a Arif que no intervenga, asegurando que ella se encargará de la situación. En ese momento, Doruk corre hacia su padre y revela el plan: “¡Te hemos engañado!”. Bahar suplica a Sarp que se calme. Sarp declara que Doruk no se irá, y mucho menos huyendo en medio de la noche en el coche de un desconocido. Bahar intenta disuadirlos, recordándole la presencia de los niños y suplicando a Sarp. El ladrido de los perros y la música de tensión intensifican el drama.
Sarp ordena que Doruk sea devuelto a la casa y lo entrega a sus hombres, quienes sacan sus pistolas. Bahar suplica a Sarp que los deje ir, comunicando que no puede permanecer más tiempo y que desea hablar y aclarar las cosas. Nisan grita aterrorizada. Sarp los devuelve a la casa. Bahar pide permiso para irse con los niños. Sarp inicialmente accede: “Ve, puedes irte”. Bahar recuerda que no puede irse sin sus hijos. Sarp se vuelve hostil, negando el permiso y afirmando: “Entonces no podrás irte. No puedes llevarte a los niños, ellos me pertenecen a mí”, replica Bahar.

Se desata una discusión acalorada sobre la pertenencia de los niños, argumentando que solo pertenecen a Bahar y que Sarp no cuenta para nada. La tensión se intensifica cuando Arif interviene. Sarp se abalanza sobre él. Bahar intenta detener la confrontación. Sarp ordena a sus hombres que regresen a la casa. Luego, se enfrenta violentamente a Arif, preguntándole quién es. Arif responde que su identidad es evidente y le pregunta a Sarp quién es él. Sarp amenaza con eliminar a Arif si no se va. Arif lo desafía: “Elimíname si tienes el coraje”.
Arif se enfrenta a Sarp, acusándolo de no actuar personalmente, sino de permitir que sus hombres lo hagan, tal como cree que sucedió con Jale. Sarp rechaza enérgicamente la acusación, negando cualquier participación en esa muerte, o en otras. La tensión aumenta hasta que Bahar interviene, intentando detenerlos y recordándoles la presencia de los niños. Arif, sin embargo, no se calma y afirma que tarde o temprano saldará todas sus cuentas pendientes con Sarp. Sarp replica preguntando si Arif realmente tiene derecho a ocuparse de su familia, pero Arif le presenta una acusación aún más grave: sostiene que Sarp ha perdido todo derecho a hablar de familia después de abandonarla por una mujer adinerada y las ventajas económicas que esa vida ofrecía. Sarp niega rotundamente esto también, afirmando que nunca abandonó a sus seres queridos, mientras Bahar continúa implorándoles que se detengan, temiendo que Doruk y Nisan estén escuchando todo.
Sarp intima a Arif a que se vaya, mientras Arif reitera que solo se ha contenido por respeto a Bahar. Bahar, al límite, intenta convencer a Arif de que se vaya por su propio bien, asegurándole que ella se encargará de la situación. Pero Arif no desea abandonarla sola. El enfrentamiento entre los dos degenera. Arif desprecia abiertamente a Sarp y lo acusa de carecer de honor, mientras Bahar intenta inútilmente separarlos, aclarando que ni siquiera puede acercarse a los niños, aterrorizados por su pelea.

Al final, Bahar logra empujar a Arif hacia el coche. Inmediatamente después, Sarp ordena que regresen a casa y advierte a Arif que no acuda a las autoridades, sosteniendo que tal acción pondría a todos en peligro. De repente, se escucha la voz de Piril llamando a Sarp, mientras él continúa criticando a Arif por preocuparse de que su esposa pudiera resfriarse. Solo entonces Arif se marcha en el coche, aún tenso y furioso.
Sarp acusa a Bahar de intentar huir con los niños. Bahar le comunica que la deje ir, pero él insiste y le reprocha haber intentado escapar con un desconocido. Bahar replica que el desconocido es él ahora. Afirma que ya no lo reconoce y que no sabe en quién se ha convertido, mientras que Arif conoce perfectamente su carácter y comportamiento. Sarp, molesto, quiere saber qué hay entre ella y Arif. Bahar responde irritada, haciéndole comprender que no tiene derecho a preguntar y que, después de todo lo sucedido, él ya no es alguien en quien pueda confiar o de quien esperar apoyo.
En casa, los niños están sentados con Piril. Cuando Bahar llega, los llama y se acerca a ellos. Sarp, gritando, pide que Bahar le cuente todo. Ella lo mira con furia y no responde. Mientras los niños se preparan para dormir, Nisan pregunta dónde está Arif, y Bahar le dice que ha regresado a su casa. Sarp pide un beso de buenas noches a sus hijos y les advierte que si su madre intenta hacerlos escapar de nuevo, deberán avisarle inmediatamente. Doruk comunica que solo querían engañarlo como broma, pero Sarp prohíbe cualquier otro juego similar. Bahar manda a Nisan a acostarse y le comunica que su padre no estaba enfadado, sino solo asustado.

Piril llama a la puerta y entra. Sarp se disculpa y ella, sarcásticamente, le pregunta si se disculpa por dejarla fuera o por declarar en voz alta su amor por Bahar. Luego, Bahar contacta a Arif para asegurarse de que está bien y que nadie lo ha seguido. Arif le confirma que no tiene problemas y le hace comprender que sigue preocupándose por ella, sintiéndose aún involucrado a pesar de la distancia. Bahar intenta tranquilizarlo, asegurándole que encontrará una solución para salir de su situación. Le recomienda además que no recurra a las autoridades y que preste la máxima atención a sus movimientos.
Durante la noche, mientras Arif regresa a su casa, Bahar, Sarp y Piril, cada uno en habitaciones diferentes, lloran en silencio pensando en su situación. A la mañana siguiente, Piril informa a Bahar que Sarp ha decidido preparar el desayuno al aire libre para los niños, alegando que desea traer un poco de cambio a la casa. Bahar replica que no está de acuerdo, ya que Doruk y Nisan ya han vivido suficientes conmociones y no necesitan más novedades. Poco después, Sarp entra en la habitación y despierta a los niños enérgicamente, anunciando un picnic con dibujos animados. Doruk reacciona con entusiasmo y lo abraza, mientras que Nisan se muestra más distante y se dirige de inmediato a su madre preguntando si pueden participar. Sarp interviene con tono severo, comunicando que cuando él propone algo, los niños no necesitan la aprobación de Bahar, ya que él es su padre. Bahar le señala que los hijos se dirigen a ella porque siempre ha estado presente, mientras que él ha estado ausente durante años. Sarp replica afirmando que ahora ha regresado y que permanecerá en sus vidas.
Mientras los niños se preparan, Bahar le pregunta por qué no ha descansado en toda la noche. Sarp dice que se quedó despierto para entender qué estaba pasando entre ella y Arif, a quien irónicamente llama “el cafetero”. Bahar lo reprende por haberlo dicho en voz alta mientras los niños estaban en la habitación contigua, pero Sarp dice que discutirán eso tan pronto como los niños bajen al jardín. En ese instante, Piril llama a Sarp, interrumpiendo la conversación. Bahar le señala que su esposa lo está buscando, pero Sarp replica fríamente que ella es su esposa.

Posteriormente, Piril, al observar que Sarp ha salido de la habitación de Bahar, no pide explicaciones. Cuando él le ordena que se vaya al coche con los niños, ya que debe hablar con Bahar, Piril lo acusa de estar celoso del novio de Bahar. Lo provoca sarcásticamente, imaginando en voz alta la intimidad entre Bahar y Arif, los toques, los besos, quizás algo más. Y agrega que una vez que uno empieza a pensar en esas cosas, es imposible dejar de hacerlo. Sarp, intentando mantener la calma, le ordena nuevamente que se vaya al coche y ella obedece, saliendo de la habitación con una mirada desafiante.
La escena se traslada a casa de Ati y Enver. Shirin está discutiendo con Idil por el baño. Al ver a Enver preparándose para salir, Shirin le reprocha que ella tiene que trabajar lejos de casa, mientras que él ha encontrado trabajo cerca. Cuando Idil sale del baño, Enver se apresura a entrar antes de que Shirin pueda reaccionar. La chica entonces acusa a Idil de haberle quitado el jersey, pero Atige interviene aclarando que la ropa de Idil se quedó con Emre y que fue ella quien le prestó ese jersey. Shirin se irrita entonces, preguntando por qué no le dio algo que ya no utilizaba en lugar de su propio jersey. Poco después, Enver sale corriendo, diciendo que tiene que abrir pronto la clínica, en realidad la frutería. Shirin, quedándose con Idil, se pregunta qué hará ahora que está desempleada. Idil, con tono despectivo, le replica que verá la televisión todo el día, a diferencia de ella que tiene que esforzarse trabajando.
Doruk y Nisan están listos para salir. Sarp comunica que Ali y Homer ya los esperan en el coche. Bahar y Sarp aclaran que ellos tampoco irán, ya que deben hablar de asuntos privados. Nisan, con desarmante sinceridad, deduce que sus padres quieren que salgan porque gritarán de nuevo el uno contra el otro. Bahar le asegura que solo hablarán y le sonríe dulcemente, intentando tranquilizarla. Los pequeños se marchan, apenados.

Con la excusa de ir a buscar algo a la cocina, Piril entra sigilosamente y entreabre la puerta que da al jardín. Mientras tanto, Bahar y Sarp inician su conversación. Sarp pregunta de inmediato quién es Arif y qué hay entre ellos. Bahar reacciona duramente, preguntando con qué derecho le hace esa pregunta. Le reprocha todo el sufrimiento soportado sin volverse loca cuando él desapareció, cuando resucitó, cuando descubrió que estaba casado y tenía dos hijos. Agrega entre lágrimas que su mejor amiga Jale murió por su culpa. Sarp admite que Bahar tiene razón y decide contarle todo, comenzando por la noche en que fue a casa de la madre de Bahar con la intención de que se reconciliaran. Ella se sienta para escucharlo, y él también se acomoda. Comienza un flashback. Sarp insiste en que no sabía que Shirin era la hermana de Bahar y que solo se mostró amable sabiendo que era una joven frágil, confundida y enamorada de él. Bahar lo escucha con atención y parece creerle, pero le pregunta cómo encontró a Shirin para la donación de médula. Sarp revela que fue Piril quien le comunicó dónde se ocultaba Shirin y que lo acompañó para ayudarlo a entrar sin ser descubierto. Bahar comprende que Piril le salvó la vida dos veces. Sarp entonces le pregunta cómo pudo creer que tenía una relación con Shirin después de esa noche. Bahar, confundida, le pregunta a qué noche se refiere. “La del ferry”, replica él. Bahar permanece en silencio. Posteriormente, de repente comprende: “Shirin fue la persona que acusó a Sarp esa noche en el ferry”. Se siente tonta por no haberlo comprendido antes y le pregunta si Atig y Enver lo saben. Sarp responde afirmativamente: “Ahora lo saben”. Bahar estalla en llanto, sigue un flashback. Se ve a Shirin confesando su amor a Sarp. Él le comunica que ama a Bahar, pero ella grita ayuda llamando a Sarp pervertido y acusándolo de haberla acosado, desatando así la multitud contra él. En el presente, Bahar está conmocionada por el mal cometido por Shirin, consciente de que esa mentira destruyó su existencia, le robó a los niños a su padre, la dejó sola durante años y transformó su felicidad en sufrimiento.
Sarp le revela que no es todo. Shirin le había comunicado al hombre que él había enviado a buscarlos que Bahar y los niños habían muerto. Bahar está incrédula y casi le falta el aliento ante tanta crueldad. Sarp comunica que la maldad de Shirin no tiene límites. Bahar expresa un odio profundo y comunica que solo desearía que Shirin sufriera y pagara por todo el sufrimiento que ha causado. Sarp concluye que Shirin es una persona malvada y Bahar admite odiarla profundamente. Después de esa confesión, Sarp subraya que no le importa nada de Shirin, pero pregunta a Bahar qué pasará entre ellos dos, afirmando que su amor por ella nunca se ha apagado. Bahar lo mira con los ojos llenos de lágrimas, pero no tiene tiempo de replicar, ya que Piril llama y interrumpe ese instante de sinceridad. Piril propone llevar a los cuatro niños al parque de atracciones acompañados por sus hombres. Así Sarp y Bahar podrán hablar en paz. Sarp accede.
En el coche, Piril comunica que irá ella con los niños e instruye a Febs para que los mantenga ocupados el mayor tiempo posible. Posteriormente, regresa a la casa por la puerta que había dejado abierta, quitándose el calzado para no hacer ruido. Mientras Sarp se acerca a Bahar, ella, sacudida por lo que acaba de aprender, le pide solo 5 minutos de silencio.

Mientras tanto, Emre, después de preguntar a Atige sobre la convivencia con su prima Idil, le ofrece un trabajo a tiempo completo en su bar, aclarando que la empleada enferma en realidad ha encontrado otro empleo. Atige acepta agradecida y, antes de despedirse, Emre le comunica que después la acompañará a casa, llevándole también las cosas de Idil y hablándole en detalle de las nuevas tareas.
Posteriormente, Sarp continúa narrando a Bahar la verdad sobre su naufragio. Después de caer del ferry, narra que perdió el conocimiento por el frío. Se despertó en la embarcación de Piril, quien lo había salvado. Entonces Bahar le recuerda que Enver le había comunicado que él se había refugiado en casa de Piril y allí había cometido un asesinato. Sarp confirma, admitiendo haber eliminado al exnovio de Piril, el hijo de Nesir, el hombre que aún lo persigue. Aclara que el hijo de Nesir se presentó en casa de Piril. Cuando lo vio, pensó que era su amante y sacó una pistola. Sarp intervino para defender a Piril y en la lucha el disparo partió accidentalmente, eliminando al agresor. Otro hombre de Nesir lo hirió gravemente. Poco después, esa noche pensó que era el fin. Mientras escucha, Bahar está conmocionada y Piril, aún oculta, contiene las lágrimas.
Sarp prosigue narrando que después del incidente, él y Piril fueron secuestrados y que los hombres de Nesir incendiaron la villa. Suat deseaba abandonarlo a su destino, pero Piril se negó a partir sin él. Sarp fue transportado a Grecia, gravemente herido, y cuando se recuperó, no se le permitió contactar a Bahar para hacer creer a todos que había fallecido. Cuando la noticia del naufragio apareció en los periódicos, Nesir comprendió que Sarp había sobrevivido, ya que el cuerpo nunca había sido encontrado. Sarp narra que para engañar a Nesir, Suat había decidido que el sufrimiento y la desesperación de Bahar debían parecer auténticos. Bahar, llorando, resume su sufrimiento. Sarp la había dejado sola, embarazada de Doruk, sin dinero y sin ningún apoyo. Sarp replica que debía creerlo muerto solo por unos meses. Bahar, rota, le comunica que ese sufrimiento fue peor que la muerte. Sarp, queriendo hacerla sufrir, pero Bahar le replica con enojo. Él la hizo sufrir de todos modos, abandonándola. Sarp intenta justificarse, aclarando que incluso el mínimo signo de contacto podría haber comprometido todo. Bahar, desesperada, se levanta y lo acusa de haberla dejado sola, recordando las humillaciones y la miseria que enfrentó durante los años. Sarp se acerca y trata de abrazarla, reiterando su amor, pero Bahar lo aparta con energía, prohibiéndole tocarla. Sarp admite sus errores, narrando que estaba al borde de la muerte y que su lucidez estaba comprometida durante meses después del accidente. Bahar, sin embargo, le recuerda que no regresó durante 4 años. Sarp le aclara que cuando envió a Munir a buscarla, ella ya se había mudado a otro lugar. Narra también que cobró el dinero del seguro, el que Bahar creía destinado a una beca, con la intención de utilizar esos fondos para enriquecerse y ofrecerle una vida mejor.

La conversación se desplaza posteriormente al informe con Piril. Bahar pregunta cómo pudo encariñarse con otra mujer tan rápido. Sarp niega que haya existido amor entre ellos y aclara que el matrimonio y los hijos fueron consecuencia de un embarazo. Piril quedó embarazada aproximadamente un año después de que él creyera a Bahar fallecida. Comunica que ese vínculo nació de la soledad, de la necesidad de sobrevivir. Admite sentir solo nostalgia, pero Bahar considera esas palabras irrelevantes. Aún conmocionada, Bahar se levanta y va a la cocina a buscar un vaso de agua. Piril, que se había ocultado allí, reprime un sollozo mientras Sarp se acerca, intentando hablarle. Sarp se acerca, pero ella lo aparta.
Poco después, cuando se queda sola, Piril toma unas pastillas, llorando.
Sarp, quedándose con Bahar, concluye comunicando que no recuerda nada de la noche en que Piril quedó embarazada, ya que ambos estaban ebrios. Repite que por ella solo sentía amistad. Bahar le pregunta si ha habido otras relaciones después de esa noche. Sarp admite afirmativamente, pero se justifica aclarando que estaba convencido de que ella había fallecido. Bahar le replica que ella también lo había creído muerto, pero que por eso no buscó consuelo en los brazos de otro. Sarp, herido en su orgullo, le pregunta si Arif no es acaso su compañero. Bahar niega que Arif posea ese rol, pero admite sin vergüenza sentir sentimientos, aclarando que entre ellos no ha habido nada, pero la naturaleza del vínculo es diferente. Sarp considera sus palabras una mentira dicha para herirlo y concluye afirmando que Bahar sigue siendo su esposa y que no tiene intención de renunciar a ella.

Piril irrumpe en la habitación gritando “basta, basta” y, presa de un colapso nervioso, rompe vajilla en la cocina. Sarp se acerca, preguntándole si ha perdido la cabeza. Ella replica afirmativamente, agregando que ha percibido todo. Acusa a Sarp de haber amado siempre a Bahar y pregunta a esta última si cree de verdad que él nunca la amó. Bahar le replica que no le importa, pero Piril insiste, recordando que antes del regreso de Bahar, entre ellos había serenidad y estaban volviendo a ser felices. Declarando que odia a Sarp por sus palabras y por haberle arruinado la existencia, comunica que se ha dedicado completamente a él y ahora se siente tratada como un desecho en favor de una mujer que ama a otro. “La conversación ha terminado”, concluye y se va, cerrando la puerta de golpe.
Bahar, quedándose en silencio, afirma que el tema está cerrado, pero Sarp replica que para él no lo está en absoluto. Comunica que irá a ver a los pequeños, pero que la discusión entre ellos no ha terminado.
Mientras tanto, Nesir pregunta a Atmi sobre las actualizaciones del problema de Munir. Atmi replica que Munir ha aceptado ir a verlo la noche siguiente. Nesir ordena que la ejecución ocurra allí, ante sus ojos. Atmi agrega un detalle inquietante. Han localizado el hotel donde Piril vivía con los pequeños y con ellos había un individuo parecido a Sarp, aunque no están seguros.

Simultáneamente, Suat discute con Munir. Muestra desconfianza hacia la repentina invitación de Atmi. Pero Munir insiste en querer ir, acompañado por sus hombres como precaución. “Sigue siendo mi hermano”, comunica. “No me hará daño”. Suat, en cambio, no está convencido.
Mientras tanto, Sarp alcanza a los pequeños en el parque de atracciones. Doruk y Nisan corren hacia él gioiosos y piden quedarse un poco más. Sarp accede, invitándolos a jugar con Ali y Homer bajo su mirada satisfecha.
En la tienda de telas, Shirin finge modestia con Dundar, lamentándose de que los compradores entran pero no compran nada. Dundar le comunica que no se preocupe, que es normal en el comercio, y le sugiere que regrese a casa antes, ya que él se encargará de todo. Shirin acepta, pero apenas sale, un grupo de señoras entra a hacer compras.

Mientras tanto, en el bar, Emre confiesa a Atige que padece la misma enfermedad que afectó a Bahar. En ese mismo instante, Bahar está limpiando la cocina y observa un frasco de pastillas vacío. Recordando haberlo visto lleno poco antes, se alarma, grita a Piril y corre a su habitación. La encuentra tendida en la cama, pálida y débil, pero aún consciente. Bahar comprende de inmediato lo que ha sucedido, le comunica que no puede morir, que tiene dos pequeños que la necesitan y la arrastra al baño para ayudarla a vomitar los fármacos ingeridos.
Mientras tanto, Doruk y Nisan se comportan como hermanos mayores jugando y acercándose a Ali y Omer, observados por Sarp, quien los mira gioioso y orgulloso. Enver, en cambio, sale para hacer una entrega y se cruza con Shirin, que ha dejado el trabajo antes de lo habitual. No queriendo ser visto, intenta evitarla, pero ella lo observa y se acerca preguntándole por qué está haciendo la compra en un barrio diferente. Intentando ayudarlo con las bolsas pesadas, le recuerda que sufrió un infarto, pero Enver reacciona con severidad, gritándole que no se inmiscuya. Shirin se queda impactada por su comportamiento y comunica que desde que fue operado no lo reconoce más. Se ha vuelto irracional, luego, profundamente molesta por el comportamiento de su padre, decide irse.
Las anticipaciones de “La forza di una donna” terminan aquí. Yo soy Isabella y como siempre les agradezco por haber visto el video. Les recuerdo que se suscriban al canal y den un buen like.