El Palacio de La Promesa se tambalea ante una semana que promete ser un torbellino de emociones, revelaciones impactantes y decisiones que redefinirán el destino de sus habitantes.

Del 24 al 28 de noviembre, los capítulos 722 al 726 nos sumergirán en un drama de proporciones épicas, donde el amor prohibido, las venganzas latentes y los secretos enterrados saldrán a la luz, desatando un caos impredecible.

¡Martina en la encrucijada del corazón: entre la partida y la reconexión!

La semana arranca con un anuncio que ha dejado a todos en estado de shock: ¡Martina ha decidido marcharse de La Promesa! El peso de su pasado y la necesidad de forjar su propio camino parecen haberla empujado a tomar esta drástica decisión. En un momento de vulnerabilidad, Adriano, con el corazón en un puño, se despoja de sus barreras emocionales para suplicarle que no se vaya por su culpa. Le recuerda la promesa de que él y sus hijos siempre estarán esperándola, un faro de esperanza en su incierto futuro. Sin embargo, Martina siente la imperiosa necesidad de reencontrarse consigo misma, incluso si eso significa dejar atrás el mundo que la rodea.


Pero el destino, caprichoso y cruel, tiene otros planes. Justo cuando Martina está a punto de dar el último adiós, los pequeños sufren una repentina enfermedad, manifestando fiebre alta. La partida se pospone y Martina, ante el llamado ineludible de la maternidad, se queda para cuidar de los niños. En este inesperado reencuentro, las barreras entre ella y Adriano comienzan a disolverse. La dentición de los pequeños, con su inocencia desarmante, los une de nuevo, evocando la intimidad que una vez compartieron, mientras la tensión con Jacobo se cierne ominosa en el horizonte.

A medida que la semana avanza, los niños se recuperan y Jacobo, incapaz de contener sus sentimientos, lanza la pregunta que podría cambiarlo todo: “¿Martina, nos seguimos queriendo como antes o no?”. Martina se ve obligada a confrontar la decisión que ha postergado por tanto tiempo, debiendo elegir entre el camino que anhela y el que el destino parece quererle imponer.

El amor imposible de Samuel y María: ¿un futuro robado o una segunda oportunidad?


Paralelamente, el idilio prohibido entre Samuel y María se encuentra en una delicada balanza. Tras la firme determinación de Samuel de colgar los hábitos para formar una familia con María y asumir la paternidad, la ilusión de ella se desborda. Sincera con Pía, comparte sus esperanzas, pero la pragmática sirvienta siembra una semilla de duda: “¿Si tan enamorado de ti está, por qué no te ofreció casarse contigo antes de que estuvieras embarazada?”.

Esta pregunta resuena en el alma de María, y Samuel comienza a sentir el distanciamiento que se genera. Pía, decidida a proteger a María, confronta directamente a Samuel, dejándolo helado al descubrir que María ha confiado sus miedos más profundos. A mitad de semana, la relación se hunde visiblemente, amenazando con desmoronarse por completo.

La confesión final llega casi al final de la semana: María, con un nudo en la garganta, le revela a Pía que ha decidido no aceptar la propuesta del sacerdote. Más aún, expresa su deseo de hablar con el padre biológico del bebé, Carlos, para confesarle la verdad. Sin embargo, en un giro inesperado, esta idea se desvanece y María retrocede en su determinación, salvaguardando el secreto de Carlos y dejando a Samuel sumido en la desorientación y el vacío. Su historia, que prometía ser un refugio de amor, se tambalea como nunca, dejando un sabor agridulce en el espectador.


El hangar, escenario de intrigas y una investigación encubierta

En el hangar, la atmósfera se carga de misterio y tensión. Manuel, obsesionado por desentrañar la verdad sobre la empresa de Don Luis y el papel del Duque de Carvajaliz, se topa con la fría negación de Enora. Su aparente indiferencia desconcierta a todos, pero Manuel no se fía. A pesar de aceptar seguir trabajando como si nada, advierte a Toño que vigilará a la joven de cerca.

Mientras Toño intenta reavivar su romance con la pelirroja, ella rechaza incluso un beso, dejando claro que su corazón aún no está receptivo. Simona y Candela, en su intento de mediar como celestinas, son plantadas por Enora, quien exige respeto a su privacidad: “Dejad de meteros, que esto es cosa de dos”.


A mitad de semana, Enora propone investigar la conexión entre Don Luis y Don Lisandro. Sin embargo, en un acto de rebelión, rompe el pacto con Manuel y decide seguir su propia investigación, provocando el enfado de Toño. Este entramado de secretos y lealtades fracturadas en el hangar está a punto de explotar, con consecuencias imprevisibles.

La guerra silenciosa del servicio: ¿lealtad o supervivencia?

En el ámbito del servicio, la guerra silenciosa por la supervivencia se intensifica. Ballesteros ha marcado la línea: si Petra no cumple, será despedida. Teresa, la nueva ama de llaves, se encuentra atrapada en un dilema moral. Incapaz de condenar a Petra, cubre sus fallos, plancha la ropa que ella no ha tocado y corrige sus errores, todo para evitar su despido.


Sin embargo, Doña Leocadia la reprende por faltas que no le corresponden, sino que son producto de la negligencia de Petra. Pía observa con preocupación cómo Teresa se debate entre los consejos contradictorios de Ballesteros y la compasión que siente por Petra. La situación se vuelve peligrosa: si Teresa no se muestra firme, corre el riesgo de perder su autoridad; si se impone, Petra podría perderlo todo.

El ascenso imparable de Madame Cocot y la frustración de López Vera

Mientras tanto, López Vera sigue convencido de que hundirá a la falsa Madame Cocot, pero la realidad es tozuda. La fama de la misteriosa Madame Cocot no deja de crecer. Las mujeres del pueblo hablan de ella sin cesar, y ni siquiera la sustracción de recetas ha logrado frenar su ascenso. Vera, impotente, demuestra a López que su plan ha fracasado. En un intento desesperado por hacer justicia, intentan denunciar el robo de las recetas en la Guardia Civil, pero nadie los toma en serio.


Lo que López y Vera desconocen es que Santos, el verdadero ladrón, escucha cada detalle de sus planes sin levantar sospechas, alimentando la tensión de un desenlace inminente. La bomba, es cuestión de tiempo, está a punto de estallar.

El infierno personal de Ángela y la furia desatada de Curro

Y ahora, el clímax de la semana: el infierno personal de Ángela y la venganza inminente del “Capitán Garrapata”. Ángela toca fondo, entre lágrimas y súplicas, implorando a su madre que intervenga. Pero Doña Leocadia, fría y sentenciosa, le recuerda que solo queda asumir su destino. Desesperada, Ángela confronta a Lorenzo con toda su rabia, declarando que jamás será feliz a su lado. Lorenzo, perdiendo la paciencia, le escupe cruelmente que su felicidad le importa un comino y que la boda se celebrará en un mes.


Pero la verdadera tormenta se desata con Curro. La paliza emocional que ha estado acumulando durante tanto tiempo va a explotar. Mientras en La Promesa cunde la duda sobre el paradero del Capitán Garrapata, Curro lo tiene secuestrado en la habitación secreta. Lo enfrenta por el asesinato de Hann, por haber enloquecido a su madre Eugenia, por haber utilizado a Ángela para destruirlo. Lo apunta con una pistola, exigiendo la verdad. Lorenzo, en un intento desesperado por manipularlo, apela a su infancia y a un supuesto vínculo entre ambos, logrando conmoverlo por un instante. Sin embargo, Curro, resurgido de sus propias cenizas, sabe perfectamente quién tiene delante y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias.

La pregunta que resuena con brutalidad en esta semana de infarto es: ¿Se atreverá Curro a cometer una locura irreparable? La respuesta, y las devastadoras consecuencias de estas revelaciones, las descubriremos a lo largo de esta apasionante semana en La Promesa. ¡No te pierdas ni un solo instante de este torbellino de emociones!